lunes, 8 de abril de 2013

¡GRATIFICANTE TAREA!

El texto que se expresa a continuación es obra de D. Francisco Pozo Nieto.


Profesor de Matemáticas en E.S.O y Miembro del Equipo Directivo (Secretario del Centro); Paco nos muestra un estudio basado en una visión personal que pone de manifiesto un problema candente de la Educación.


LA FAMILIA JUEGA UN FACTOR ¡¡PRIMORDIAL!!



- “¡Carloooos! Que te he dicho que te duches, te sientes a la mesa y recojas tu cuarto… 

- ¡YA! 

- No entiendo por qué no me haces caso a la primera, siempre tengo que gritarte y ni por esas, me tienes hasta…

Cuando venga tu padre, se lo digo. ¡Me desesperas!
Si es que no puedo contigo, un día de estos te voy a dar un "bofetón”. 

Después de esta escena, algunas madres dan un portazo, incluso lloran de desesperación. No entienden que su hijo no haga lo que se le pide a la primera. La explicación que dan es que el niño es desobediente, malo, y que no hay nada que hacer por conseguir paz en casa. Terminan por juzgarse como malas madres e ineficaces en la educación de sus hijos. 


En la escena podemos encadenar varios errores para que Carlos no obedezca: dar voces, órdenes contradictorias, comunicarle que ha perdido la batalla (“puedes conmigo, me desesperas”) y amenazarle con hablar con su padre demostrando que su autoridad es nula.


“El propósito de la educación es lograr que los niños quieran hacer lo que deben hacer”.

                           

La mayoría de padres ve la tarea de educar como algo difícil. Pero si anticipa todo lo que puede fallar, (Que su hijo no estudiará, se relacionará con amigos que no le aporten nada bueno, no comerá…) esto le desesperará y caerá en la sensación de tener una guerra perdida.

Lo más importante en la educación es establecer unas reglas que no se salte ni usted, y para ello debe trabajar en ello desde edad temprana.


A partir de los seis meses los niños entienden muchas cosas; no se expresan, pero empiezan a diferenciar entre “esto sí se puede y esto no”. No trate de educar a un chaval de 15 años al que lleva consintiendo todo.


IMAGINACIÓN. Haga un concurso por semana para que jueguen “a hacer lo que deben”; puede ser sobre cualquier comportamiento a corregir. 

Los domingos lo puede anunciar: “A partir de mañana, se celebra el fantástico concurso de (sirva de ejemplo)

"Quién tiene la dentadura de caballo más limpia".

LAS BASES SERÍAN: limpiarse los dientes tres veces al día y pasar revista. Las puntuaciones de papá y mías se sumarán, y el viernes anunciaremos ganador”. 

Si quiere que los niños se lo tomen en serio, haga lo mismo. Y tenga paciencia, hasta que se convierta en rutina necesita tiempo.

El juego genera un ambiente relajado en el que apetece más aprender y obedecer.




No quiera modificar en su hijo todo lo que le molesta de una vez. Si se pasa el día diciéndole lo que hace mal, terminará por cargarse su autoestima. Elija una conducta a modificar y céntrese en ella, cuando lo consiga, siga con otra. Cuando corrija o muestre su enfado con ellos, no los ridiculice, ni haga juicios...



"Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber"
Albert Einstein (1879-1955) Científico alemán nacionalizado estadounidense.

1 comentario:

  1. Gracias Cochi por darle "una puesta en escena" que yo originalmente ,al escribirlo, no supe darle.
    Ya me explicarás cómo hacerlo para convertirme en asiduo y humilde participante de tu "vivo blog"...
    Besos compi.

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